sábado, 3 de diciembre de 2011

historia de las pinturas

Historia del color en la Pintura. El color es una creación subjetiva, no está en las cosas ni en los agentes intermediarios y como tal la sinfonía cromática de una obra de arte es el resultado de una astuta combinación de colores, de colores subjetivos, en donde el artista es quien da vida gracias a su inspiración y a su técnica al color experimental. 


 Dentro de este tema podemos ver la diferencia entre el color físico y artístico, en donde el primero se expresa en un número o longitud de onda y en el segundo, importa el valor absoluto de la superficie y contorno, o sea que no es el mismo rojo en un círculo que en un cuadrado. Es por eso que en el juego del color sólo importa la fuerza de imaginación, los materiales elegidos y la técnica de su uso. Los pintores, maestros del color, tienen una amplia libertad de expresión debido a la acumulación de experiencias que los hacen ser capaces de elegir el color necesario en un espacio y acomodarlo en función conjunta, para que este pueda provocar emociones estéticas con sus ritmos cromáticos. De esta cualidad el color es el protagonista que engendra la obra, sin excluir por supuesto la originalidad de una nueva visión o la influencia de una cultura. Cada tono, cada sombra tiene un significado o una sugerencia que une en todo mensaje al que lo vea con quien lo recibe, es por eso que lo que importa es el aspecto emocional del color, clasificándolos en cálidos y fríos. Referente a esto los colores fríos expresan apartamiento, distancia, reserva y distinción. Los cálidos evocan proximidad e intimidad, este código ha sido utilizado por años, pero en los últimos tiempos los pintores los han aplicado en sentido inverso, la combinación de estos permite crear lo que se conoce como “ilusión cálida en profundidad”. En cuanto estilo, es Paul Gauguin quien defiende la idea que “sólo un ojo ignorante asigna un color fijo e inmutable a cada objeto”.

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