sábado, 3 de diciembre de 2011



Rodillo: indicado para cubrir grandes superficies. Será idóneo uno de lana cuya anchura oscile entre los 15 y 20 cm. Es muy fácil de usar, seguiremos la técnica de aplicación -se extiende la pintura en un solo sentido-, cruce -en el sentido contrario- y repaso. Dispone de diferentes accesorios que nos serán muy útiles como, por ejemplo, un alargador que se incorpora al mango para los espacios altos, una bandeja para escurrir o diferentes manguitos para intercambiarlos. Necesitaremos tres o cuatro unidades y su precio ronda los 2 euros.

* Cubeta: es el utensilio que se emplea para escurrir el rodillo y distribuir la pintura. Cuesta aproximadamente 4 euros.

* Brocha: su función es rematar las esquinas y zonas más difíciles, y deberá medir unos 5 cm. Es muy importante que sea de buena calidad debido a que suelta pelos. Vale alrededor de 2 euros.

* Espátula: se emplea a la hora de rellenar grietas o agujeros y para preparar la superficie a pintar (enlucidos o rascados). Disponemos de varios tipos, dependiendo de la función que vayamos a darle, y su precio es de unos 6 euros.

* Cinta: por ejemplo, los marcos de las puertas se forran con ella; de esta manera se evitan restos de pintura en estas zonas. Incluye un adhesivo que, al finalizar el proceso, se retira sin dificultad.

tipos de pintura

• Plástica: con base de agua, despide poco olor y es la más utilizada en decoración de paredes y techos, tanto interiores como exteriores.
• Esmalte: con base de disolvente, es lavable y muy resistente. Suele usarse para pintar las puertas, debido a su preparación y tiempo de secado. Acabados en mate, satinado y brillante.
• Óleo: perfecta para pintura de alta decoración. Es sumamente resistente, pero tarda más en secar.
• Acrílica: de acabado similar al esmalte, despide menos olor y los utensilios se limpian sólo con agua. Acabados en mate, satinado y brillante.

historia de las pinturas

Historia del color en la Pintura. El color es una creación subjetiva, no está en las cosas ni en los agentes intermediarios y como tal la sinfonía cromática de una obra de arte es el resultado de una astuta combinación de colores, de colores subjetivos, en donde el artista es quien da vida gracias a su inspiración y a su técnica al color experimental. 


 Dentro de este tema podemos ver la diferencia entre el color físico y artístico, en donde el primero se expresa en un número o longitud de onda y en el segundo, importa el valor absoluto de la superficie y contorno, o sea que no es el mismo rojo en un círculo que en un cuadrado. Es por eso que en el juego del color sólo importa la fuerza de imaginación, los materiales elegidos y la técnica de su uso. Los pintores, maestros del color, tienen una amplia libertad de expresión debido a la acumulación de experiencias que los hacen ser capaces de elegir el color necesario en un espacio y acomodarlo en función conjunta, para que este pueda provocar emociones estéticas con sus ritmos cromáticos. De esta cualidad el color es el protagonista que engendra la obra, sin excluir por supuesto la originalidad de una nueva visión o la influencia de una cultura. Cada tono, cada sombra tiene un significado o una sugerencia que une en todo mensaje al que lo vea con quien lo recibe, es por eso que lo que importa es el aspecto emocional del color, clasificándolos en cálidos y fríos. Referente a esto los colores fríos expresan apartamiento, distancia, reserva y distinción. Los cálidos evocan proximidad e intimidad, este código ha sido utilizado por años, pero en los últimos tiempos los pintores los han aplicado en sentido inverso, la combinación de estos permite crear lo que se conoce como “ilusión cálida en profundidad”. En cuanto estilo, es Paul Gauguin quien defiende la idea que “sólo un ojo ignorante asigna un color fijo e inmutable a cada objeto”.

pinturas aguilar hermanos